El PSOE dijo “Sí”.
Todos sus diputados votaron al dictado de la voz de su amo. Como en una balanza que solo sostiene peso en uno de sus dos brazos. En un plato, obedecer a su arbitrario y desvariado líder. Apoyar con el voto lo que ZP opina. No importa que en economía, empleo, asuntos sociales, diplomacia internacional, y ahora la paz y la guerra, haya cambiado de opinión conforme soplara el viento. Ese viento que, según este tarado ético y moral, es el único propietario de la Tierra…
En el otro plato de la balanza, la coherencia política.
Pesa más el primer plato. Al fin y al cabo, es el que mantiene los cargos, las dietas, los autos oficiales, las pensiones, los escaños, el poder. El otro plato no pesa nada. Está vacío. Como el fondo de Zapatero y su equipo de mediocres.
Una de las muchas caras de la hipocresía:
El Confidencial Digital.
“Ha sido difícil. Es la primera vez que voto ‘sí’ a una guerra”: la amarga confesión de Elena Valenciano (PSOE) tras apoyar la intervención de España en Libia
Las caras de los diputados socialistas eran ayer todo un poema al término de la votación parlamentaria en la que se autorizó el despliegue de 500 militares en la coalición internacional contra el régimen libio de Muamar el Gadafi.
Todos ellos, sin excepción, dijeron ‘sí’ a la intervención armada en Libia. Tras apretar el botón de la votación, tuvieron que aguantar los improperios de varias personas que estaban en los asientos del público y que les empezaron a gritar ‘No a la guerra’ cuando se levantaban de sus escaños.
Fue un trago amargo para muchos diputados socialistas quienes, cabizbajos y en silencio empezaron a salir al patio que une los dos edificios del Congreso recordando que eso mismo habían pensado y manifestado en los días previos a la guerra de Irak.
“Ha sido difícil. Es la primera vez que voto ‘sí’ a una guerra”, afirmó con cierta amargura Elena Valenciano tras salir del hemiciclo.
La responsable de Relaciones Internacionales del PSOE reconoció que su grupo parlamentario no había estado cómodo en el debate y que las críticas de Gaspar Llamazares (IU) habían sido duras de digerir.