La mayoría de las
confesiones cristianas estamos de acuerdo en recordar en estas fechas la muerte
y resurrección de Jesucristo, nuestro Señor, Salvador y Redentor.
En nuestro caso, los
miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en todo el mundo rememoramos especialmente su expiación por
todo el género humano, ofreciéndonos la oportunidad de volver a la presencia de
nuestro Padre Celestial, y mediante Su resurrección, la victoria sobre la
muerte, cuyas selladas puertas Jesucristo abrió para todos los hijos de Dios;
puertas que jamás volverán a cerrarse tras nosotros, que un día resucitaremos
para no morir más.
Celebramos que
Jesucristo vive, y que somos hijos de un Padre Celestial.
Feliz domingo a todos.
Un mensaje del
Presidente Gordon B. Hinckley (1910 – 2008)
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