Puede escuchar el texto al final del artículo
A los políticos solo les
gustan los periodistas cuando éstos son afines, partidarios, maleables y de
conciencia elástica. Si no, los toleran como mal menor. Y si los periodistas
hacen demasiado ruido para el gusto de los políticos, siempre habrá un juez dispuesto a admitir alguna denuncia aunque ésta tenga todo el aspecto
de ser un ejercicio de abuso y mala fe solamente destinado a dar un escarmiento
o a sacarle el dinero al quien cuenta miserias que están mejor ignoradas y enterradas.
Corre por algunos medios
digitales que Ignacio Aguado, fracasado político del fracasado partido
Ciudadanos, ha denunciado a Enrique de Diego, periodista que dirige el diario
digital Rambla Libre. El asunto es digno de ser noticia; por supuesto. Y como este tipo de casos en los que un
político lleva a los tribunales a un periodista suelen ser la ocasión que otros
aprovechan para hacer caja, o ganar visitas, o subir un poco de rating durante
algunos minutos, en esta ocasión no ha faltado quien publique, añadiendo su
particular y politizado punto de vista.
Sobre esta batalla entre
Aguado, miembro destacado de Ciudadanos en Madrid, y de Diego, periodista, el
diario digital El Plural (que hay que
tener valor para llamar así al panfleto ultra izquierdista que dirige el
inefable Ignacio Escolar) opina que la posible candidatura de Ignacio Aguado,
una vez catapultado al abismo Albert Rivera, podría
estar comprometida por las sospechas de corrupción que penden sobre el propio
Aguado. (link)
En el mismo artículo, el
Plural recuerda que Rufo Benito, quien fuera
portavoz de Ciudadanos en San Lorenzo del Escorial, también había acusado a
Aguado de que en la campaña electoral de 2015, éste había ordenado desarrollar
algún sistema ilegal de financiación para tal campaña. Y por si esto fuera
poco, Juan Carlos Bermejo, rival de Aguado
en las primarias del partido, había denunciado también un presunto pucherazo en
el conteo de votos y la negación de la directiva del partido a facilitar la
documentación necesaria para comprobar tales términos.
Con todo lo anterior, no deja
de ser llamativo que Ignacio Aguado prefiera arremeter contra un periodista en
lugar de poner en claro todos los rumores que ennegrecen la ya deteriorada
imagen de Ciudadanos y de él mismo. Aunque, en este tipo de acciones, no pocas
veces prima el interés económico por encima del esclarecimiento de la verdad. Y
la posibilidad de conseguir una pingue indemnización no suele ser desdeñable
para ciertas personas.
La denuncia interpuesta por
injurias y calumnias en el juzgado nº 3 de Elche, cursada por Aguado contra de
Diego, se basa en que, según el propio denunciante, el periodista le acusa, en artículos publicados en Rambla Libre en fechas
anteriores, de financiación irregular durante la campaña de las elecciones municipales
de 2015. En los citados artículos, además
de otros detalles, se ponía en negro sobre blanco que en una reunión de
Ciudadanos en Fuenlabrada se pidió a varias personas, supuestamente, que abonasen 11.000 € para
financiar privadamente la campaña, evitando ingresos bancarios. El argumento principal de la denuncia es el consabido de
comisión de injurias y calumnias con agravante de publicidad. Algo de lo
que han sido acusados muchos de los escasos periodistas que, como de Diego, le
echan agallas a su oficio en lugar de escribir al dictado de aprendices de
dictadores y de diplomados en intrigas partidarias. Pero, ante tal
argumentación, la defensa solicitó en su momento acogerse al principio de excepcio veritatis, según el cual, el acusado
tiene la oportunidad de probar la verdad de los hechos relatados e invalidar de
este modo las argucias de la acusación. Por propia experiencia sé que ante un
juez con una conciencia normalmente constituida, una vez demostrado que el
acusado ha informado sobre hechos reales y verídicos, la acusación tiene el
caso perdido. Esto es lo que debería
suceder con un juez imparcial y objetivo. ¿Será este el caso con la juez Marta
Alba Tenza, del juzgado nº 3 de Elche?
Según la edición de Rambla
Libre de ayer, 10 de diciembre, dicha juez ha puesto una fianza de 20.000 € a Enrique de Diego. (link) Fianza que el periodista debería abonar en un periodo de tres días. Tal hecho
ha sido calificado por el propio diario Rambla Libre de “escándalo judicial”,
puesto que no parece haber importado mucho a la magistrada que la versión del
periodista haya sido demostrada por numerosos ex candidatos de Ciudadanos, dado
que ha decidido seguir adelante hasta la celebración de juicio oral sin el
respaldo de la fiscalía.
Ante semejante medida, que si
no constituye un flagrante abuso, desde luego lo parece, de Diego anunció sin
acobardarse que presentará recurso para la nulidad de las actuaciones con la
apreciación de que la juez puede estar incurriendo en presunta prevaricación,
por lo que pedirá además indemnización por daños morales.
El resultado de este
enfrentamiento de Enrique de Diego contra Ignacio Aguado y la juez Marta Alba
Tenza está en el aire. Debería primar la razón y el buen juicio ante los hechos
probados pero, en España, esto no es suficiente garantía en muchas ocasiones.
En principio, habrá que esperar unos días para saber si la petición de nulidad
de actuaciones por parte de Enrique de Diego es admitida. Mientras tanto,
persiste sobre Ciudadanos e Ignacio Aguado la sombra de la duda. Lo publicado
por de Diego constituye una serie de hechos muy graves, y ni el partido ni el
político han hecho gran cosa por negar públicamente lo que el director de
Rambla Libre ha expuesto. Que el lector obtenga sus propias conclusiones.
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