
Podría decirse también que se suceden los apagones de diverso género en España. Se apaga la razón quizás, se apaga la esperanza también de quienes sufren y han sufrido décadas de terrorismo mientras se enciende desde hace tiempo y cobra fuerza la hoguera de los que odian y matan desde allá en el norte. La leña para ese fuego la cortan por un lado los ambiguos disfrazados de demócratas separatistas y por otro, tristemente, algunos de los que en el pasado asistieron a los funerales provocados por el terror etarra y que hoy consideran mas terrible cualquier manifestación contra los asesinos que el “accidente” mismo de Barajas donde murieron dos personas.
Hay apagón también en la convivencia política del país. Buena parte de la clase política se preocupa mas por resucitar La segunda República, la guerra civil, la posguerra, la transición y todo aspecto de la historia de España que pueda manipularse para resucitar de nuevo un clima de buenos y malos, de vencedores y vencidos, de asesinos feroces y victimas indefensas, o de mártires de un lado u otro sojuzgados por la opresión despótica y dictatorial; ...yo que sé.
No parece haber un solo atisbo de luz en la honradez política de ciertos profesionales de la cosa, cuando, con sus opiniones, fomentan el desprecio contra la otra mitad del electorado. Porque es eso, señores. Esa es la realidad, disguste a quien disguste (1). Esos que tratan de aislar al principal partido de la oposición no parecen darse cuenta de que ese partido representa, en números redondos, a la mitad del electorado nacional. Pretenden conseguir sus objetivos aún a costa de abrir de nuevo la herida de las dos Españas.
Apagón también en la oposición. El centro derecha español nunca se ha distinguido precisamente por su capacidad de reacción y estrategia. No debemos olvidar que parte de la victoria electoral del 96 se debió al hartazgo que el pueblo sentía ya hacia un partido convertido en máquina de poder absoluto, en hiedra enraizada por todas partes, alimentando a una cantidad ingente de estómagos agradecidos entre el funcionariado municipal, autonómico y estatal por toda la geografía del país, entre amigos de delegados, de presidentes, de familiares... Partido que, en el colmo de la desfachatez, devoró enterito un canal de televisión claramente no afín al gobierno y regalando sus emisoras de radio a la cadena SER. Pues ni con esas. La entonces oposición no fue capaz de dar un vuelco contundente durante aquellas elecciones, como no parece ser capaz ahora de dirigir con éxito el sentimiento creciente de desesperación e impotencia que ya manifiestan muchos ciudadanos hacia la trayectoria de este gobierno. Mala política la de este país
Apagón casi definitivo en la imagen corporativa de los alcaldes españoles, que cada vez son imputados en mayor número por delitos urbanísticos. Es tal el panorama que estamos exportando al exterior que las mafias del este de Europa reconocen que este es un país ideal para blanquear dinero a bajo coste. Me comenta un amigo que trabaja temporalmente en Moscú que, en algunos ambientes, bromear llamando a alguien “alcalde español” es como llamarle “chorizo sin escrúpulos”.
Se apaga sin remedio el criterio y la inteligencia del sector progre que reivindica la igualdad igualísima de la muerte, oyes, o sea. Una asociación feminista pide que sea correcto decir “marida” en lugar de “esposa” o “mujer”. Quieren también usar “miembra” y “lideresa” además de un sinfín de palabras mas. La bobería al poder. El afán por ser distinto, como bandera. En contrapartida, me pregunto si algún sector de la oposición ha encendido alguna vez su velita de inteligencia para responder a estas memeces sin quedar a su vez como memos.
Y se apaga también, tristemente, se apaga la esperanza que nos pueda quedar en el corazón a quienes tenemos por héroes a Ortega Lara, Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez y tantos otros que ya no están aquí porque el odio y la xenofobia se llevó por delante sus preciosas vidas y quienes hoy tragan con todo se llevan por delante su recuerdo. Bien definió todo este patio un cronista ágil:
“Zapatero es la democracia, Ibarretxe la sensibilidad y España es un país de locos y locas”
Apaga y vámonos.
(1) Esto me costará seguramente mas de un insulto. Lo veo venir...