
Prefiero dejar pasar un par de días más antes de opinar sobre los resultados de las elecciones. Es como esperar a que desaparezca la espuma de la pepsi, antes de dar un sorbo. Hay todavía mucha euforia en algunos medios que no deja ver las cosas claras Pero no puedo resistirme a comentar una de las grandes noticias del 9 de Marzo: El descalabro de Izquierda Unida.
Ayer hablé con un par de militantes de IU. Están desolados. Y tienen toda la razón para estarlo. El traspaso de votos hacia el PSOE le ha supuesto a la formación de Llamazares perder su representación como grupo político propio para pasar a formar parte del grupo mixto. Creo que es un resultado merecido, a tenor del funcionamiento ideológico que han sostenido durante la última década. Ha sido una formación entregada absolutamente al PSOE. Han hecho oposición única y exclusivamente contra el Partido Popular, en lugar de ser oposición hacia el gobierno. Han apoyado descaradamente a posiciones radicales en el País Vasco incluso en el día del último atentado de ETA. Se han significado ideológicamente a favor de organizaciones guerrilleras y narcotraficantes, tan sólo por la supuesta implicación izquierdista de esos criminales. Y, por supuesto, no solo no han criticado, sino que han defendido como un ideal modelo democrático a regímenes como
No he dicho ninguna mentira. Tan solo me remito a las declaraciones y orientación política que han mostrado el Sr. Llamazares y otros líderes de Izquierda Unida durante los últimos años.
Para mi es una excelente noticia este descalabro de IU, por lo que representa. Porque considero a dicha formación como un grupo extremista que poco se diferencia de otros a los que sí es correcto y progresista criticar.
Se llevan lo que se merecen. Solo lo siento por Julio Anguita, quizás el único comunista dialogante y tolerante del que tengo noticia. Tiene más categoría y dignidad que todos los líderes de su partido juntos.
Y lo de ERC, no nos engañemos, solo ha sido volver a su posición natural de minoría provocadora. Su incremento de votos de hace cuatro años tan solo se debió al enfado de votantes de CiU y PSC. Carod y los suyos están muy dolidos, y es natural. Habían pillado prebendas, poder y enchufes. Ahora han caído de la nube y su estrategia de persecución a los castellano parlantes se tambaleará durante un tiempo, aunque CiU estará ahí para recoger el testigo del victimismo anti españolista que tan bien les ha funcionado en el pasado.