
La “castroenteritis” crónica que padece el pueblo cubano desde el 1 de Enero de 1959 provoca variados trastornos, aparte del exagerado tráfico encefálico-intestinal de los dirigentes del propio régimen, quienes se comportan precisamente como si tuvieran el cerebro alojado en los glúteos y a escasa distancia de la salida de desechos.
Debe ser por eso – por tener el cerebro en esa parte de sus anatomías – que al permanecer sentados durante horas en sus cómodos despachos de camaradas funcionarios, dicho órgano pensante sufre el peso del cuerpo y la consiguiente falta de riego sanguíneo. Solo así se explica que Fidel, máximo ejemplo de lo que estamos hablando, sea capaz declarar tal cúmulo de inconsistencias mentales cada vez que decide abrir la boca para satisfacer su propio ego y, de paso, aniquilar por aburrimiento a todo aquél que quiera darle oído.
Castro escribía ayer sobre ética en cubadebate.com. Para leerlo y no creerlo. Mucho cuidado. Hay quien empieza así y acaba asegurando que el comunismo es la salvación del proletariado. Por menos que eso hay quien pasa por loco y está en tratamiento.
No considera éticos a los cubanos que huyen de la isla. Los cataloga como traidores a la patria. Lo que significa que los cubanos realmente patriotas son aquellos que no tienen otro remedio que pasar privaciones a diario y soportar la amenaza de un régimen político falto de las más elementales libertades.
Según
Que un criminal como Castro hable de ética, mientras mantiene encarcelados a tantos disidentes cuyo “delito” es criticar al régimen comunista, me resulta absurdo y demencial porque no puedo imaginarle ni por un momento aplicando ambos principios a su discurso político. Más bien le considero como paradigma de todo lo contrario. Un sociópata como él desprecia la moral, porque solo la aplica en su propio beneficio y de su extravagante y genocida ideario. Ejemplos como éste los tenemos a manos llenas en la historia reciente. Unos cuántos siguen al frente de sus paranoicos gobiernos, como Chávez, Morales, Ortega o Kim Jong il. Cualquiera de ellos habla sin ningún pudor de los derechos humanos, de bienestar, de democracia y de voluntad popular como si la hubieran inventado ellos.
El comunismo tiene muchas caras conocidas. La cara del genocidio, la cara de la miseria, la cara de la represión… Pero la cara de la hipocresía, siendo la menos grave, es realmente peligrosa, porque es la que con sus principios vueltos del revés y sus crímenes disfrazados de actos justicieros engaña al pueblo para sumirlo en un pozo de muy difícil salida. Hipocresía justificada además y de manera vergonzosa por unos cuántos ideólogos y políticos europeos, bien alojados en sus cargos políticos y en sus pesebres de partido, cuya única experiencia en comunismo y socialismo es hacer turismo en busca de jineteras.
http://elrepublicanodigital.blogspot.com/2008/03/castroenteritis.html