
Si hace unos días quedó bien patente, al finalizar el último congreso del P.P., que en España no existe una verdadera oposición de derecha, sino que, más bien, se ha refundado un partido de “centro-veleta”, no es menos cierto que el congreso del PSOE nos ofrece a los ciudadanos una formación de “izquierda-conservadora” y un gobierno de avestruces.
¿Por qué un partido de “centro-veleta”? Por los síntomas, cada vez más evidentes, de cambio de identidad e ideario ante la marea progresista que asusta y acompleja a esta derecha tímida y por la desconcertante táctica del Sr. Rajoy consistente en invitar a marcharse a los liberales y demás incómodos del partido, para luego proclamar que en su proyecto y su equipo caben todos y todas.
¿Es posible la existencia de un partido de “izquierda-conservadora”? Sí. En España existe uno, que ha celebrado su 37º congreso durante este fin de semana. Se califican a sí mismos como izquierdistas y para justificarlo cantan la internacional, hablan de aborto, laicismo, de los homosexuales, de la crispación y de
¿Es el Gobierno de España un gobierno dirigido por un avestruz? Sin ninguna duda. Es lo menos que se le puede decir al Presidente, después de oír sus declaraciones y sus consignas, tan celebradas por los asistentes. No ha trascendido, por su supuesta importancia, absolutamente ninguna de las medidas que ZP piensa adoptar para combatir la crisis. De hecho, el gabinete en pleno niega la mayor. La crisis no existe. Tan sólo es cosa de los crispadores. Por tanto, si la crisis no existe, no hay situación grave que paliar. Y mucho me temo que con eso nos vamos a quedar los españoles: con un Presidente de Gobierno que, como un avestruz, esconde la cabeza creyendo que si no ve los problemas, estos dejan de existir. Pero que ZP y sus ministros engañen así al pueblo no es lo más grave. No se puede esperar otra cosa de ellos. Es más grave aún que millones de votantes estén de acuerdo con todo lo dicho este fin de semana en el congreso del PSOE. Es muy grave, porque en ciertos aspectos, no encuentro apenas diferencias entre las palabras de algunos de estos líderes de la izquierda menos española hoy que en periodo electoral, con cualquier discurso populista y ahora pseudo papal del nuevo guía espiritual del continente americano, Hugo Chávez.
Quizás, la única nota discordante, aunque calculada, la puso Pepe Blanco, ese hombre extremadamente respetuoso con la libertad… propia. Dijo, sin que le temblara una sola pestaña, que si hay alguna crisis, es, como mucho, la del sector de la construcción. Por algo se empieza, Sr. Blanco. Me pregunto cuanto tardará su colega, el Sr. Solbes en recomendarnos que comamos más ladrillos y menos pan, para dar salida a los excedentes.
Hablando del Sr. Solbes. Dijo en una ocasión que no se podía hablar de crisis ni recesión, porque dichos conceptos no se dan hasta que no se suceden dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo.
Vale. Me gustaría ver como explica él el siguiente dato, pero sin caer el la ya consabida culpa de la derecha, de Aznar o de los liberales americanos.
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