
¿Qué es lo suficientemente fuerte para resquebrajar los cimientos de la unidad de un partido político monolítico? ¿Qué puede haber más importante que el ideal político o el ansia de poder?
El dinero. La pasta. El parné. O como quieran ustedes llamarlo. Lo que realmente mueve el mundo, en definitiva.
El ministro Solbes pretende, según recientes declaraciones, reducir el fondo estatal para ayuntamientos, por motivo de la crisis que estamos viviendo desde hace ya tiempo y que tantas veces se negó desde el gobierno socialista.
Aquí, en Zaragoza, la noticia ha sentado muy mal en los ambientes de la alcaldía. Juan Alberto Belloch, alcalde triunfalista que sufren los zaragozanos desde hace ya años – sarna con gusto no pica – califica la idea del ministro de economía como un dislate y un mero globo sonda, y llega a perfilar la posibilidad de que si tal proyecto sigue adelante, él mismo llamará a la movilización de los ayuntamientos de España, creando un frente municipal común. Y puesto a pedir, plantea la necesidad de que la financiación autonómica no sea tan gravosa para las administraciones locales.
"Vivimos un modelo intolerable de financiación. Que hace que todo gire en torno a la figura del convenio urbanístico, sin el cual no hay recursos para nada". Con esta frase el Señor Belloch sienta cátedra, en una entrevista concedida a Heraldo de Aragón.. Como si nadie hubiésemos imaginado nunca que la construcción y el ladrillo van de la mano de los ayuntamientos y que la financiación de un buen número de ellos pasa por aprobar proyectos de urbanizaciones, edificios, obras civiles y todo el catálogo completo de construcciones que uno pueda imaginar.
Corrupciones al margen, lo que ha quedado bien patente con el inicio de esta crisis es que la debacle de la construcción, cuyo sector es uno de los motores de la economía nacional, ha puesto al borde del precipicio incluso a las administraciones públicas.
Si un recorte como el propuesto se materializa, las consecuencias para la economía de ciudades como Zaragoza, cuyo importe final de la factura Expo se desconoce, pueden ser realmente catastróficas.
En todo caso, el alcalde Belloch y el concejal de economía, Francisco Catalá, declaran que no han recibido comunicación oficial sobre el asunto y se muestran convencidos de que todo esto no deja de ser un tanteo del gobierno central para pulsar la opinión de los responsables de los municipios. Entonces, ¿podrían ellos aclararnos al menos una cuestión? Si tan solo estamos hablando de un rumor, ¿para que preparar una estrategia que una a los diferentes municipios contra el gobierno central?
En la pasada campaña electoral, Mariano Rajoy defendía no aumentar el gasto público, cosa que se me antoja imprescindible hoy en día. Como es habitual, la máquina de propaganda socialista dio la vuelta a las palabras de los opositores y convenció al electorado de que el líder del Partido Popular pretendía recortar dicho gasto público, en lugar de no aumentarlo. Así que el electorado de izquierdas asumió como cierta la consigna de que la derecha recortaría el gasto público en caso de gobernar. Ahora, una vez más, comprobamos que el gobierno ZP está dispuesto a hacer, o por lo menos a intentar, recortes de gasto que, de haberlos planteado otros, hubieran provocado las consabidas acusaciones sopenistas de fascismo y ausencia de solidaridad.
¿Estaremos realmente ante un intento de cerrar el grifo por parte del gobierno? Si esto fuera así, ¿aparecerían fisuras en
El tiempo nos dirá, y no tardará en hacerlo. No hay dinero, excepto el que se dedica a pagar cargos y asesorías de nueva creación para amiguetes y demás fauna arrivista.