
Me duele decirlo, pero creo no equivocarme si aseguro que la inmensa mayoría de los medios de comunicación españoles, así como sus lectores, políticos afines y votantes han tomado partido por la defensa a ultranza del terrorismo de Hamas, su pretensiones criminales y sus métodos de terror contra el propio pueblo palestino.
Para todos ellos Israel no debería tener el más mínimo derecho a defenderse. Han interiorizado hasta tal punto el victimismo de una organización terrorista a la que defienden por el solo hecho de ser contraria a Israel, que parecen haber perdido todo indicio de criterio.
No importa cual de ellos lea, oiga o vea. Desde los medios profesionales hasta los blogs más variados. Las reacciones son prácticamente idénticas. Las comparaciones entre el holocausto judío en la Alemania nazi y los ataques israelitas a Gaza alcanzan cotas de demagogia propias de Pepe Blanco o Llamazares. Al mismo tiempo el silencio sobre los bombardeos terroristas sobre poblaciones israelitas durante estos pasados años, las tácticas aprendidas de Hez Bolah, ocultándose entre la población o abriendo fuego desde instalaciones hospitalarias o escolares, o la negativa de los terroristas de evacuar a heridos hacia Egipto, delata a todo este movimiento de apoyo al terrorismo que solo se mueve a fuerza de consignas.
En cierto modo, no me extraña que, desde El País hasta Cuatro, pasando por la SER, La Sexta, el PSOE, lo que queda de IU y lectores y votantes afines, se pretenda equiparar a Israel con el nazismo. Forma parte del argumentario fácil de quienes ignoran la historia o la manipulan con el mismo desahogo que silencian los asesinatos y las provocaciones continuas de Hamas, defienden el dialogo a ultranza con terroristas que han traicionado ya tantas negociaciones o silencian la barbarie sistemática de quienes, por meras cuestiones culturales, mutilan, cuelgan, disparan, lapidan o queman. Si tal comparación de Israel con el nazismo está hecha desde el ideal romántico izquierdista, me parece una solemne estupidez. Si se hace desde la intención de manipular, entonces me reafirmo más aún en asegurar que muchos españoles, desde políticos y periodistas hasta ciudadanos de a pie, muestran un comportamiento pro terrorista preocupante.
Además de la tragedia de la guerra y de las muertes de inocentes, esta es la lectura que yo aprecio de este clima pro Hamas. Parece que, ahora, la progresía ha recordado que existe Gaza, pero no recuerda nada de los casi 6.500 cohetes caídos sobre territorio israelí y las consiguientes víctimas.
Desgraciadamente siempre llego a la misma conclusión. Los niños muertos en Gaza venden mucho. Los niños muertos en Israel no.
Para todos ellos Israel no debería tener el más mínimo derecho a defenderse. Han interiorizado hasta tal punto el victimismo de una organización terrorista a la que defienden por el solo hecho de ser contraria a Israel, que parecen haber perdido todo indicio de criterio.
No importa cual de ellos lea, oiga o vea. Desde los medios profesionales hasta los blogs más variados. Las reacciones son prácticamente idénticas. Las comparaciones entre el holocausto judío en la Alemania nazi y los ataques israelitas a Gaza alcanzan cotas de demagogia propias de Pepe Blanco o Llamazares. Al mismo tiempo el silencio sobre los bombardeos terroristas sobre poblaciones israelitas durante estos pasados años, las tácticas aprendidas de Hez Bolah, ocultándose entre la población o abriendo fuego desde instalaciones hospitalarias o escolares, o la negativa de los terroristas de evacuar a heridos hacia Egipto, delata a todo este movimiento de apoyo al terrorismo que solo se mueve a fuerza de consignas.
En cierto modo, no me extraña que, desde El País hasta Cuatro, pasando por la SER, La Sexta, el PSOE, lo que queda de IU y lectores y votantes afines, se pretenda equiparar a Israel con el nazismo. Forma parte del argumentario fácil de quienes ignoran la historia o la manipulan con el mismo desahogo que silencian los asesinatos y las provocaciones continuas de Hamas, defienden el dialogo a ultranza con terroristas que han traicionado ya tantas negociaciones o silencian la barbarie sistemática de quienes, por meras cuestiones culturales, mutilan, cuelgan, disparan, lapidan o queman. Si tal comparación de Israel con el nazismo está hecha desde el ideal romántico izquierdista, me parece una solemne estupidez. Si se hace desde la intención de manipular, entonces me reafirmo más aún en asegurar que muchos españoles, desde políticos y periodistas hasta ciudadanos de a pie, muestran un comportamiento pro terrorista preocupante.
Además de la tragedia de la guerra y de las muertes de inocentes, esta es la lectura que yo aprecio de este clima pro Hamas. Parece que, ahora, la progresía ha recordado que existe Gaza, pero no recuerda nada de los casi 6.500 cohetes caídos sobre territorio israelí y las consiguientes víctimas.
Desgraciadamente siempre llego a la misma conclusión. Los niños muertos en Gaza venden mucho. Los niños muertos en Israel no.