RODRIGUEZ ZAPATERO, EL GRAN MENTIROSO

Tengo que reconocerlo. Ayer noche ví CSI Miami, pero estuve grabando el programa “Tengo una pregunta para usted”. Tenía planeado escribir una reseña al respecto, y no quería basarme solamente en artículos y editoriales de los medios digitales que consulto habitualmente. Quería plasmar aquí mi propia impresión y quería basarla en lo que yo pudiera observar del programa.

No ví la grabación completa. Aproveché a fondo el botón del control remoto para reproducción rápida. Además de los cortes comerciales, la introducción del presentador, calculo que más o menos me tragué unos veinte o veinticinco minutos de las preguntas de los asistentes y las respuestas del presidente del gobierno.

No voy a relatar pormenorizadamente lo que me pareció la aparición de Zapatero, sus respuestas, su estudiado lenguaje corporal y su actitud. Hay muchos resúmenes de la cosa bien escritos por compañeros bloggers, prensa digital y comentarios en radio. Solo expondré mi impresión general sobre el gran espectáculo de la mentira que ví ayer.

Creo que para cualquier persona que tenga memoria, que recuerde cual ha sido la línea de actuación de este presidente, su gobierno y sus adláteres de partido desde que llegaron a la presidencia de España, el programa de ayer fue la constatación de que estamos gobernados por un mentiroso absoluto, un incapaz.

Particularmente, yo me quedo con una de sus frases, que ilustra perfectamente lo que pretendo decir: “EL PLENO EMPLEO NO ERA UN COMPROMISO ELECTORAL, SINO UN OBJETIVO”. Esta es la preclara contestación de un mentiroso absoluto.

No es eso lo que parece transmitir uno de los carteles electorales de la pasada campaña electoral de Zapatero, que incluyo en la cabecera y que ha aparecido muchas veces en Internet cada vez que se habla de este fiasco – otro de tantos – en el que ha terminado por convertirse el vacío mensaje político del Partido Socialista. Zapatero mintió, cosa que ya sabíamos los que procurábamos tener algo de criterio acerca de la situación de España antes de las elecciones. Aún con todo lo que estaba por llegar y con todas las evidencias que apuntaban a que aquello no era una desaceleración transitoria que pudiera desembocar en una rápida recuperación,, once millones de votantes prefirieron volver a dar su confianza a un político que, durante los cuatro años anteriores, no había demostrado prácticamente nada positivo. Es por esto que considero responsables también a estos once millones. Porque ya sabían de la capacidad de este presidente y su equipo de arrivistas y, aún así, le eligieron. Dice un refrán español: “Sarna con gusto no pica”. Y no se trata de que me alegre de la situación de quienes le votaron. Es que estos, los que le votaron, han llegado a ser el ejemplo perfecto de quienes, por simple cuestión ideológica, prefirieron tener “motivos para creer” en lugar de exigir veracidad y honradez.

Le considero también un incapaz, a él y a su equipo, porque ni quisieron prever, ni quieren admitir, ni saben por donde salir de este atolladero para hallar alguna solución. Incapaz porque gobierna a golpe de ocurrencias y sus ministros le siguen la pauta. Incapaz y peligroso porque si los ciudadanos pusieran en practica las sugerencias de este hombre, o de cualquiera de sus ministros, el desastre en el que vivimos se convertiría además en un despropósito. No me refiero solamente a la “gran idea” del ministro Sebastián de consumir preferentemente productos españoles; es que solo a Zapatero se le ocurre invitar al consumo a una población que no se atreve a consumir porque no tiene claro cual va a ser el futuro de sus ingresos corrientes. Les invita a consumir mientras asegura que veremos recuperación a finales de este año pero, hace escasos días aseguraba que Marzo sería el mes en el que comenzaríamos a ver la luz al final del túnel.

Antes de las elecciones generales de 2004, Carlos Rodríguez Braun declaró en una entrevista que consideraba a Zapatero un político peligroso, porque tan pronto decía una cosa como la contraria. Podemos decir, sin mentir ni exagerar un ápice, que tal frase ha venido a convertirse en una verdad sin matices. El gran problema de España pasa por esta verdad. Estamos gobernados por un político peligroso que ha mostrado otro de sus talentos: ser un embaucador.