Somos muchos en Zaragoza los que sentimos cierto alivio, de momento, al comprobar que las noticias e informaciones se suceden en la operación Molinos, demostrando que el juez Alfredo Lajusticia parece dispuesto a seguir tirando del hilo.
Se comentaba en los medios aragoneses, desde hace un par de días, que el juez Lajusticia, instructor del caso desde el juzgado de La Almunia, había remitido a los juzgados de la capital parte de los informes sobre ciertas escuchas telefónicas de conversaciones entre algunos imputados en la Operación Molinos y el Teniente de Alcalde encargado de Infraestructuras y Participiación Ciudadana del Ayuntamiento de Zaragoza, Antonio Becerril, para que valorasen si existían indicios de delito.
El Teniente de Alcalde, cesado cautelarmente por el Alcalde J.A. Belloch, declaró en su última intervención pública que jamás se benefició ni benefició a nadie en el ejercicio de sus funciones, pero las pocas líneas del informe pericial que han trascendido hoy a la prensa dejan poco lugar a dudas sobre el asunto. Recomiendo la lectura de este breve pero revelador artículo.
Muchos deseamos que el juzgado de Zaragoza que se declare competente para instruir diligencias decida seguir el ejemplo del joven juez Lajusticia. Los ciudadanos muestran su apoyo al juez de La Almunia y sus colaboradores, que no parecen dejarse influenciar por los poderosos intereses económicos que se están viendo involucrados en el proceso. La expectación ciudadana es grande; motivada en su mayor parte por el deseo de ver caer a los corruptos que siempre parecen salirse con la suya sin apenas pagar las consecuencias de sus delitos. La gente comenta con indignación el silencio de la clase política en cuanto a la Operación Molinos. Silencio de deja prácticamente patente la certeza de que la figura de la principal imputada en este caso de corrupción, María Victoria Pinilla, tiene mucho que decir, o que callar; porque todo apunta a que más alcaldes, funcionarios, promotores, constructores, y empresarios puedan estar relacionados en esta tramade dinero y favores que ha durado casi dos décadas.
Por el momento, ya se confirma la certeza de muchos en cuanto a que las irregularidades y delitos del ayuntamiento de La Muela extendían alguno de sus tentáculos hasta Zaragoza y municipios de la periferia. Hay cosas que saltan a la vista. Cosas que nos hacen preguntar lo de siempre. ¿Por qué, siendo todo tan evidente, la justicia no actúa de oficio? ¿Cómo puede haber tanto político que llega al cargo con una mano delante y otra detrás y se convierte en un potentado en pocos años?.
En Aragón tenemos ahora una pequeña esperanza, personificada en Alfredo Lajusticia, juez de La Almunia, instructor del caso Operación Molinos. Que cunda el ejemplo.