
No sé qué es más preocupante; si ver como el barco se hunde porque cada día hay más vías de agua, o asistir a la confesión subconsciente de los ministros del gobierno y demás políticos de que no tienen ni idea de cómo mantenernos a flote hasta que el temporal de la crisis se despeje.
Hoy he oído los extractos de un par de intervenciones públicas de personas relevantes del partido que nos gobierna. Tan solo me han transmitido preocupación. Ninguna esperanza.
Carlos Herrera entrevistó esta mañana a Juan Fernando López Aguilar, ex ministro de Justicia y candidato a las Europeas. La pregunta obligada fue acerca del primer vídeo electoral del PSOE, en el que se hace absolutamente patente la necesidad de los asesores de imagen de transmitir al electorado la absoluta certeza de que en Estados Unidos ganó la presidencia el candidato más parecido a Zapatero y su política. López aguantó el tipo como pudo, y se fue por las ramas intentando transmitir exactamente lo que el vídeo pretende transmitir. Que si el Partido socialista gana en Europa, el resultado será lo más parecido al efecto Obama, nuevo ídolo de la progresía pronorteamericana. El ex ministro recitó de memoria los tópicos de las desigualdades sociales que su partido viene enarbolando desde hace décadas y que no solucionó en las ocasiones que ha gobernado. Retórica. Demagogia.
Las dos preguntas más comprometidas, que resumo a continuación, las puso sobre la mesa Carlos Rodríguez Braun.
Una: ¿Cómo puede ser el mercado el responsable de la crisis, siendo los estados quienes tienen la responsabilidad última sobre el dinero y las finanzas? Y dos: ¿Qué significa para López el “ultra liberalismo al que tanto se refiere y al que identifica con Bush, siendo que el mismo Bush adoptó ciertas medidas nada liberales y proteccionistas?
Las respuestas del ex ministro se pierden nuevamente en la demagogia del “decir, no decir, puntualizar y reinterpretar” Les recomiendo escuchar detenidamente el audio extractado del programa de Herrera.
Unas horas más tarde, en el Parlamento,
Claro que las conocen. Todos las conocimos a partir de 1996. Y pudimos comprobar los resultados apenas un par de años después. ¿Por qué no las aplica, o, al menos, procura adaptar las medidas que pudieran funcionar de nuevo en esta situación? De
Esto es lo que hay y con esto tenemos que conformarnos.