
Para reír, por no llorar, es el papel que los sindicatos están jugando en España. Ni en la época del felipismo más duro y clientelar, estos supuestos representantes de la clase obrera estuvieron tan domesticados ni entregados. Estos sí son sindicatos verticales, como aquellos del antiguo régimen. El descarado apoyo de las centrales sindicales, incondicional hasta el absurdo y colaborador necesario en la catástrofe laboral que vivimos, ha llegado a ser tan llamativo y evidente, que hasta un militante de UGT que yo conozco, de opinión habitualmente atornillada en la razón absoluta de la izquierda sobre todo y sobre todos, me reconocía esta mañana, a eso de las 10:45, asistiendo con la cabeza: “Sí. La verdad es que se nota demasiado. Apoyan a ZP porque es ZP y no podemos esperar nada de ellos”.
Pues eso. Que esto es tan “de película de Federico Fellini” que, o lo tomamos a risa, o no hay por donde agarrarlo. Pero, como decía
CCOO y UGT justifican como “protesta pacífica” las amenazas y la violencia verbal que un grupo de sus militantes manifestaron en
Estos acontecimientos son mucho más graves de lo que parecen. A unos les pueden parecer anecdóticos. A otros, intrascendentes. Pero no olvidemos que no es la primera vez en la historia reciente de España que los sindicatos, o parte de ellos, se radicalizan en sus manifestaciones hasta el punto de amenazar abiertamente a quien no está con ellos. Su apreciación de los conceptos de Libertad y Democracia parecen tan alterados como su propio carácter de grupo. Vuelven a caer en uno de los vicios históricos de las izquierdas en España. El uso de la violencia y la posterior negación de la misma. Como la extrema derecha a la que aborrecen y culpan. Si estos hechos sucedidos en Madrid hubieran sido cosa de cuatro nostálgicos de Fuerza Nueva, la imagen de Rajoy, el busto de Franco y el logo del PP aparecerían en todos los informativos de la nación (con perdón) durante diez días, además de merecer un par de documentales en Cuatro y un puñado de chistes de Wyoming con su gracia habitual.
¿Es usted sindicalista convencido, militante y practicante, pero no liberado? Tiemble después de haber reído. Está usted indefenso y desprotegido. ¿Quién dijo aquello de que las ratas abandonan el barco? Más vale que aprenda usted a nadar. En España las ratas arrojan a los pasajeros por la borda, para que el barco tarde algo más en tocar fondo. Por un sueldo de liberado sindical se hace lo que sea. Y si pagan por sentarte frente a un pc unas cuantas horas al día, para escribir comentarios a favor en los diarios afines al régimen, no pasa nada. ¿Que toca disfrazarse de sanitario para chillar a la puerta de un hospital? Sin problema. Se obedece a quien paga por no trabajar. ¿Que los compañeros de tal o cual empresa van al paro? Que nadie se mueva hasta que lo diga ZP. Demostremos cariño al líder. La próxima visita será con dinamita. Más parece una consigna de los nazis a las puertas del gueto de Varsovia. Es igual. Harán lo que se les mande. En el desierto del desempleo hace mucho frío.