
Aragón, en su mayoría, es socialista. Así lo demuestran los resultados cada vez que hay votaciones.
Aragón es socialista, sí. Y aún no logro entender por qué.
La presentación del Plan Hidrológico Nacional supuso en esta comunidad autónoma el nacimiento de una brecha entre sus ciudadanos de la que solamente se han beneficiado cierta parte de los políticos.
En resumen, el PHN pretendía desviar el agua sobrante del caudal del río Ebro hacia el levante español, donde hay seria escasez de agua en muchas ocasiones. Dicho plan fue propuesto por el Partido Popular, que pretendió llevarlo a cabo sirviéndose de su mayoría absoluta en el congreso. La mayoría de los ciudadanos de Aragón estuvo en contra, lo que se interpretó – interesadamente – por parte incluso de la derecha aragonesa como un arranque de egoísmo y de falta de solidaridad que sirvió para calentar los ánimos en contra de Aragón en buena parte de España. En esta polémica, la única comunidad autónoma de la cuenca del Ebro que se partió la cara contra todos fue Aragón. El resto, como siempre y con Cataluña al frente, se mantuvo en segundo plano para salvar la cara. Aún compartiendo los mismos intereses sobre el río, prefirieron que los tontos del cachirulo y
El PAR, Partido Aragonés, movilizó a cientos de miles de personas en Aragón. Se unieron a la causa desde los más radicales, que se oponían al PHN porque era una iniciativa de la derecha, hasta los opositores por reticencia o desconfianza motivadas porque las promesas de dicho plan llegaban desde Madrid y el poder central no se ha distinguido precisamente por respetar los compromisos establecidos con Aragón en las pasadas décadas. El caso es que, con dicha movilización, el PAR recuperó algo de la notoriedad perdida durante los años pasados.
El PSOE jugó su papel. El más triste de todos. Se posicionó al lado del PAR y se manifestó contra el PHN de la derecha, pero sin ofrecer alternativas reales. Simplemente se dedicó a agitar a la opinión pública a favor de una súbita solidaridad con Aragón. La representación dio los resultados apetecidos. Los socialistas lograron una vez más mantener “su imagen solidaria y justiciera contra la derecha autoritaria”, sirviéndose de la desmemoria de los aragoneses, que no recordaban cómo el gobierno socialista de Felipe González de principio de los 90 pretendió imponer un sistema de trasvases, mucho más gravoso para Aragón, que el posterior del PP. Una vez más se cumplió la máxima: los errores de la derecha nunca deben ser olvidados, pero los errores de la izquierda no existieron jamás. España funciona así; y así nos va.
Ayer se escenificó una nueva traición socialista a los intereses de aquellos a los que apoyaron a voz en grito hace tan solo unos años. El parlamento aragonés aprobó un proyecto con el que se pretende que las responsabilidades y gestión del agua en el delta del Ebro pasen por la administración de todas las comunidades autónomas de la cuenca del Ebro. Obsérvese que de nuevo Aragón pone la cara por todos los demás y le dejan solo. Todos los partidos votaron a favor en el parlamento aragonés. Incluido el PSOE provinciano y servil de Marcelino Iglesias, siempre supeditado a Madrid y a Cataluña.
Esta resolución ha sido desestimada en Madrid. Los socialistas se han negado. Y los catalanes, los mismos por los que Aragón dio la cara; los mismos que están de acuerdo en que
¿Reaccionará el PAR ante esta nueva traición?. Siendo socio de gobierno con el PSOE en Aragón, reaccionará lo justo para no poner en riesgo sus cargos, sus sueldos, sus despachos y sus autos oficiales con conductor. El PSOE cuenta con ello. Su propia militancia guardará silencio porque en la formación socialista no existe la autocrítica, y la militancia del PAR arremeterá contra sus propios líderes, que cada año que pasa dan más imagen conformismo para no perder sus prebendas.
Aragón es socialista. Y aún no acabo de entender por qué. Lo que sí comprendo, por mucho que le duela a mi parte de sangre aragonesa, es que Aragón tiene lo que se merece. Por tonto.