Saiz quiso morir matando. Como buen trepa rencoroso, puesto a dedo en un alto cargo de responsabilidad, pretendió llevarse por delante - despidiéndolos - a decenas de agentes antes de dimitir de la dirección del CNI. Ve en ellos a los enemigos que filtraron, no hace mucho, las informaciones correspondientes a sus desmanes como director del Centro.
Algunos detalles del asunto Saiz me han recordado al triste caso Roldán de los años 90, o a tantos otros escándalos en los que un sin escrúpulos que consigue más poder del que hubiera soñado jamás en su vida, se dedica a derrochar y a conducirse como un dictador bananero .
Alberto Saiz sembró vientos. Abusó de su autoridad al tratar con muchos de los agentes bajo su mando. Usó de modo irregular los fondos reservados para llevar un ritmo de vida fuera de lo normal. Ahora recoge tempestades. Varios de sus agentes filtraron información sobre los abusos cometidos por Saiz. La maniobra del Photoshop en la famosa foto de la excursión de pesca fue la guinda encima del pastel. Bien dicen que, a veces, una imagen vale más que mil palabras. El montaje tan burdo, en el que se sustituyó la cara de Saiz por la de uno de sus guardaespaldas, puso en evidencia que el CNI estaba en manos de otro arrivista más.
El Gobierno no ha tenido otro remedio que destituir a Saiz de su puesto, aunque le haya permitido hacerlo pasar por una dimisión. El nuevo director del CNI, el General Sanz Roldán, también predilecto de José Bono, llega de la mano de Rodríguez Zapatero. Su nombre será propuesto en el próximo consejo de ministros y, previsiblemente, será nombrado para el cargo inmediatamente después.
El hecho de que vuelva a ser un militar quien se haga cargo del servicio secreto puede ser bueno para el CNI, precisamente porque la inteligencia y el contraespionaje de un país debe estar en manos cualificadas, en lugar de ser dirigido por un cargo político.
La realidad vuelve a poner de manifiesto que es necesario un control más exhaustivo de la gestión pública en todas sus facetas. Posiblemente parte de dicho control debería pasar por exigir mayor preparación y méritos para ocupar ciertos cargos. De modo que ahora queda esperar el resultado del futuro trabajo del nuevo director del CNI. Pero, atención: no olvidemos que este nuevo nombramiento se llevará a cabo sin buscar el consenso del resto de fuerzas políticas, tal como sí se hizo en el pasado. Sanz Roldán, de momento, es otro preferido del gobierno que llega a un cargo de responsabilidad.
Habrá que esperar.
El General Sanz Roldán, exJemad, es otro trepa de mucho cuidado. Conocido por salir al quite de Bono cuando a los militares se les ocurría leer la Constitución en público, sancionando con dureza y reprobándolos, recibió su justo merecido cuando el PSOE quiso colocarlo en la OTAN, allí no querían a un trepa de este calibre.
ResponderEliminarDe modo que ha estado vegetando, a la sombra de la psoe, hasta que ha quedado vacante esta canonjía en la que puede continuar con su inquebrantable adhesión al partido.
Una mala noticia, sin duda. Si hace algo bueno será, como su antecesor, por error.
Por lo menos le han largado, cosa que no se suele ver en la política de este país.
ResponderEliminarDebería ser obligatorio por ley.
Es de felicitarse que haya dimitido Sáiz. Pero es muy peligroso que el único contrapoder lo constituya la prensa aparentemente.
ResponderEliminarMalo es el que han largado, pero el que entra es una pieza a vigilar, es de la cuerda zapateril.
ResponderEliminarEste país no tiene remedio. Lo de la charanga y pandereta al final va a resultar cierto.
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