Ciertamente, el hecho de que Izquierda Unida esté prácticamente ausente de la vida pública española me trae sin cuidado. Es más. Incluso siento alivio cada vez que finalizan unas elecciones generales y veo en los diarios que esta formación obtiene cada vez menos votos. Debo ser uno de esos raros españoles que se alegran del descalabro de grupos que defienden las ideas totalitarias y sus horribles consecuencias.
La capacidad que tiene Izquierda Unida para sobrevivir es admirable, en cierto modo. Debería figurar en las enciclopedias. Un partido que se sustenta en las frases más populistas que se puedan concebir sobre el no a la guerra, la libertad y los pobres del mundo, pero que apoya con sus pactos al entorno de ETA y defiende abiertamente a la dictadura de los criminales hermanos Castro, es un partido de geniales arquitectos de la profesionalidad política. O eso, o su cada vez más escasa base de votantes es ciega y sorda, o peor aún, tan hipócrita o más que sus jefes.
Izquierda Unida tiene ahora otro líder que tampoco le llegará a Julio Anguita a la altura del zapato. Si el segundo apellido del anterior secretario general Llamazares bien pudiera haber sido “desastre”, quizás el tercero habría encajado mejor con “extremista”. En cualquier caso, desde mi más estricto punto de vista anticomunista, y desechando antipatías, solo puedo estar agradecido a Gaspar Llamazares como quien lo estaría a las termitas por hundir la casa de un vecino incómodo.
Pero lo de Cayo Lara es de pedestal de mármol con bajo relieves e incrustaciones de pedrería. Promete que, además de perpetuar los adjetivos anteriores de Llamazares, añadirá alguno más a las ya características presidencias de Izquierda Unida. Como me escribió un amigo, republicano y conservador liberal convencido, “tienen que existir personajes como este para que se pueda distinguir bien entre los republicanos por ideología y los bobos por antonomasia”.
Y es que Lara se ha superado. Si el episodio de su entrevista con el rey fue de sketch de Faemino y Cansado, explicándole al monarca cómo Izquierda Unida pretendía acabar con la corona, lo de ayer, disculpándose el propio Lara por no conocer nada acerca de Sabino Fernández Campos es ya el perfeccionamiento del esperpento mismo hasta cotas a las que solo había ascendido mi admirado Luís Sánchez Polak.
El efecto de sus palabras es bien contrario a la excusa que pretende exponer. Al contrario de lo que quiere transmitir, no tiene explicación que alguien que se ha dedicado a la política, por muy municipal que ésta haya sido, No sepa quién fue Sabino Fernández Campo, ni lo que supuso su trayectoria para la historia reciente de España. A no ser que Lara haya desempeñado esas funciones que nombra en algún otro lugar del planeta. Su última frase, puntualizando que no fue un mal hombre aún habiendo servido a la monarquía, es impagable.
No puedo estar más agradecido de que Cayo Lara no sea más que, de momento, una anécdota maleducada dentro del grupo mixto y su representatividad en la vida pública española. Bastantes elementos sospechosos como él tenemos ya en el equipo de gobierno ZP, por no hablar de gobiernos autonómicos y el resto de administraciones. Me consuela, también, que esta partida de adoradores de Castro tengan un portavoz semejante. Habrá que soportar, o cerrar los oídos, a sus comentarios e iniciativas pintorescas. Lo que realmente me molesta es que mis impuestos tengan que mantener a ineptos como este, a los que ya ni si quiera se les exige un mínimo de preparación y educación.
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Seguro que sabe quien Raul Castro, y Marco Ana
ResponderEliminarEs curioso que se quiera terminar con algo que no se conoce, como muestra un botón. Con esto no quiero defender a la Casa Real, ya que no la necesito para nada, y han demostrado el poco respeto a la familia de Sabino al no acudir al funeral que se realizará en su tierra.
ResponderEliminarSaludos
Los amantes de la democracia y la libertad no deben tener más que agradecimiento hacia los ineptos e incompetentes que, desde Carrillo, pasando por Llamazares hasta Cayo Lara, están llevando casi a su disolución al Partido Comunista (e integración de sus restos en el Partido Comunista Cubano). Sí que es cierto que es increible la capacidad que tienen para conseguir que, por lo menos, alguno de sus candidatos toque presupuesto.
ResponderEliminarTienes un premio en mi blog, el "Blog de Tres Pipas", que me ha llegado desde "Baker Street 221B".
Un saludo muy cordial.
Felicidades por la entrada (como siempre), Mr. Mike! don Sabino es uno de esos personajes "impopulares" por decir "esto no". Eso, precisamente, lo hace más todavía querido. De todoso modos, mi frase favorita (sé que es un tópico) es aquella de "ni está, ni se le espera"...
ResponderEliminarDescanse en paz y que no se olvide su servicio a España y su persona como referente!!! Igual es un alivio que estos escuderillos de IU no sepan quién es...