Puede que el pretendido actor
Willy Toledo haya decidido conseguir más notoriedad por sus opiniones que por
su talento artístico.
Si es así, no podía haber elegido
mejor tema que la muerte de Orlando Zapata para aparecer en los medios. Sus
declaraciones sobre Zapata, siendo todo lo ofensivas que puedan ser para la
inteligencia, la razón y la libertad, no deberían extrañar a nadie que conozca
mínimamente el panorama político y social español. Al fin y al cabo, lo que
Willy Toledo ha dicho es lo que piensan muchos artistas, intelectuales y
políticos de izquierdas. Y al fin y al cabo también, está más que comprobado
que la izquierda española aún tiene ese resorte marxista que salta de vez en
cuando y que les impulsa a defender a ultranza lo que el castrismo impone en la
isla – prisión llamada Cuba, como antes justificaron la existencia y las
prácticas de la Unión Soviética.
Reconozco que esas mismas
declaraciones, oídas hace muchos años, me habrían dejado completamente helado.
Hoy no es así. Pero si hay algo que no acabo de comprender es cómo la sociedad
española no levanta una opinión unánime
contra un gobierno y partido socialistas, incluyendo a sus comparsas de
Izquierda Unida, que ignoran, cuando no justifican, que sigan existiendo
regímenes liberticidas edificados sobre la opresión.
Considero que Willy Toledo (qué
casualidad que su mote sea anglosajón, y por tanto imperialista…) no es más que
un oportunista con tintes totalitarios. Sus palabras al hablar de “las
grandezas” del castrismo, le califican como lo que es. Aunque no debemos dejar
de reconocer que elementos así son peligrosos, porque con sus palabras fáciles
y sus ideologías de corto recorrido arrastras a gentes de escaso criterio.
En definitiva, no creo que este
personaje sea el más indicado para defender la causa del Pueblo Saharaui. Me
duele que sea así, porque tengo vínculos
con una causa que no merece ser representada por ningún arrivista de los partidarios
de La Ceja. Pero esto es lo que hay. Una doble moral que corre sin control por
toda España y que arrolla cualquier principio que encuentre a su paso.
Lo que defiende la generalidad de
la izquierda española.
Lo que opinan disidentes cubanos
de “Guillermito Toledo”