“Las Chicas de Oro” en el país de la
excepción.
por Isabel del Río
Dicen que en España las series televisivas
protagonizadas exclusivamente por mujeres no tienen suerte: curioso país el nuestro.
Telecinco fracasó con “Ellas son así”, Antena 3 con “Ellas y el Sexo Débil”, y
TVE emitiendo “Con Dos Tacones”. Sin embargo “Las Chicas de Oro”, interpretada
exclusivamente por actrices en los papeles
relevantes (Blanche, Dorothy, Rose y Sophia), fue el gran éxito de los
80 y principios de los 90 en Estados Unidos: se mantuvo durante cinco
temporadas en la NBC, fue nominada 65 veces a los premios Emmy y ganó diez,
recibió cuatro Globos de Oro y fue adaptada a comienzos de los 90 por las
cadenas Televisa (México) e ITV (Reino Unido) a través de las versiones
"La Edad de Oro" y "Las Bellas de Brighton".
Ahora cuatro grandes damas del teatro
español: Carmen Maura, Lola Herrera, Concha Velasco y Alicia Hermida están
ensayando para TVE una nueva versión de “Las Chicas de Oro”, un poco a la
española como es natural. Es la segunda vez que TVE acomete este proyecto, en
1995 ya lo intentó sin suerte y logró así un record mundial a la excepción, ya
que en el resto de países había sucedido lo contrario, y “Las Chicas de Oro”
eran sinónimo de “La Gallina de los Huevos de Oro”.
Hace un par de meses, editorial akrón publicó
mi ensayo sobre Pintoras y Escultoras anteriores a 1789 y me pareció que debía
buscar un título para el libro menos académico que el anterior, entre otras
razones porque nunca pretendí escribirlo de una manera académica sino entretenida.
Me vinieron enseguida a la memoria las tiernas protagonistas, vivaces y
luchadoras, humanas e inocentes, aferradas a sus tradiciones y, por tanto,
imperecederas, de la serie “Las Chicas de Oro” y me pareció que titular mi
ensayo “Las Chicas del Óleo” era un guiño admirativo a la memoria de aquellas
que no se resisten a sucumbir con los años, sean mujeres artistas del Barroco, escultoras
medievales, campesinas de Minnesota o residentes en un chalet de Miami, porque
es esta admiración la que me llevó a escribir el libro, intentando acabar con
la idea (falsa) de que ninguna mujer del pasado se sobrepuso a sus
circunstancias.
“Las Chicas de Oro” de los 80 parten de una
tesis similar. Son mujeres de avanzada edad y con problemas, pero se sienten
jóvenes y los superan. Fue la primera serie de este tema femenino y en América,
hace 30 años, se entendió, y es que hace 30 años ya se estaba organizando
también el National Museum of Women in
the Arts (Museo Nacional de las Mujeres en el Arte) en Washington D.C. por
Wallace y Wilhelmina Holladay. Esperemos que en España se entienda el próximo
invierno la serie y no fracase, porque ni de la calidad de las actrices se
puede dudar ni de la de los guionistas de Alba Adriática para escribir comedia,
y esperemos con ello, y además, que si no se establece un museo paralelo al de
Washington D.C. en Madrid (capital de la pintura masculina), sí se incorporen
las artistas del Renacimiento y Barroco en nuestros libros de texto (al menos
alguna).
Curioso país España, siempre excepción.
**Isabel del Río es autora de la novela
Ariza (ed. Alcalá, 2008) y del ensayo Las Chicas del Óleo (ed. Akrón, 2010).
Dirige la revista de arte y literatura Yareah magazine.
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