¿Soberanía contra
globalismo?
La ejecución de la
agenda globalista que no pocas organizaciones nacionales e internacionales están
llevando a cabo por todo el mundo, y que tiene el soporte económico de ciertas
corporaciones, algunos conocidos potentados y un buen número de partidos
políticos desde la derecha hasta la izquierda, está encontrando resistencia en
los últimos años.
Una resistencia que se
centra en unos pocos presidentes nacionales que, quizás gracias a sus
especiales características, no parecen tener temor a enfrentarse al gigantesco
frente del globalismo y a sus ramificaciones de ideología de género, asociaciones
ultrafeministas, lobbies LGTBI, defensores a ultranza del aborto y del control
de natalidad, poderosos sectores católicos, fomento de inmigración
descontrolada, partidos políticos, movimientos de ideología ultra y medios de
comunicación escasamente o nada objetivos.
Todos esos intereses,
que a priori pueden parecer contrapuestos entre sí, persiguen el fin común de
establecer un orden mundial – hasta hace un par de décadas, de una forma más o
menos disimulada, y desde finales del siglo XX de un modo cada vez más visible
e invasivo - que busca acabar con la
soberanía propia de los estados y con su identidad nacional. Un ejemplo de esto
último es la Unión Europea. Un ensayo de globalismo en el que una mayoría de
estados miembros, a cambio de recibir ingentes cantidades de dinero con el que
subvencionar a sus propias castas y redes clientelares, pierden soberanía en
favor de un gobierno “europeo” que, curiosamente, beneficia a las políticas de otros
pocos estados que convierten a toda Europa en un mercado de cientos de millones
de potenciales clientes a los que colocar sus productos. Un mercado supervisado
y controlado por un Banco Central Europeo que dicta las políticas económicas
que, tiempo atrás, pertenecían y eran responsabilidad de cada estado.
El siguiente artículo de
Libertad USA ilustra perfectamente, aunque sin ser exhaustivo, qué es lo que el
globalismo y sus patrocinadores pretenden conseguir, y cómo se encuentran de
frente con la resistencia de unos pocos líderes políticos que son
desprestigiados por una inmensa mayoría de medios vendidos a oscuros intereses.
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