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Un poco de historia.
Estamos perdiendo a
chorros la libertad de información que durante los ochenta, los noventa, hasta
entrado el siglo XXI pudimos disfrutar de un modo que los españoles no habíamos
conocido en las décadas anteriores de la dictadura del General Franco.
Hoy quedan en nuestra
memoria míticas publicaciones como Tribuna, Época, Interviú entre otras muchas,
que el tiempo ha dejado atrás, por diferentes y en ocasiones oscuras razones.
También es cierto que
algún gobierno, poco democrático en mayoría y menos leal aún en coalición, se
encargó allá por el 92 de borrar del mapa a todo un grupo de comunicación, cosa que pasó desapercibida para muchos,
cegados por la Expo de Sevilla, los Juegos Olímpicos de Barcelona, la
capitalidad cultural de Madrid, y otros eventos de aquél año 92 que supuso el
despegue internacional de la imagen de España y también un increíble y corrupto
incremento patrimonial de un buen montón de políticos, funcionarios,
empresarios y advenedizos satélites.
Con la perspectiva que
solo da el tiempo y la memoria, vemos cómo España ha perdido y está perdiendo
libertad de otras muchas maneras. Desde la crisis de 2008 que el miserable
Rodríguez Zapatero se negó primero a admitir, para agravarla posteriormente con
sus estúpidas iniciativas, pasando por el no menos miserable a la vez que traidor
Rajoy y sus políticas de continuación del zapaterismo anterior, hasta nuestros
días en los que nos gobierna el “Doctor” Sánchezstein y sus perturbados amigos,
cientos de miles de españoles han marchado al extranjero para iniciar una nueva
vida. Curiosamente, en la mayoría de los programas de Españoles por el Mundo y sus
similares autonómicos, los entrevistados confiesan al despedirse de los
reporteros que no volverían de buen grado a vivir en España. Está claro. Es muy
complicado renunciar a mayores cotas de libertad cuando se comparan con las que
se conocían anteriormente.
Cerrando el círculo de Libertad Digital – COPE –
EsRadio – LDTV – César Vidal. El éxito de un pequeño gran medio de comunicación
que no defrauda un solo día.
Encontrar libertad de
información en los medios españoles es francamente difícil. En cuanto a prensa,
los diarios con mayor libertad se pueden contar con los dedos de una mano.
Respecto a la televisión, ninguno de los canales generalistas está a salvo de
injerencias políticas. Lo mismo se puede decir de los canales de radio de mayor
audiencia. Todos obedecen a la voz de sus amos, que son quienes proveen la
financiación necesaria para pagar nóminas y gastos.
Seguramente uno de los
mejores ejemplos de personas absolutamente válidas para la nación, en este caso
en el ámbito de la comunicación, y que han terminado por marchar a otras
tierras es el escritor, comunicador, historiador y conferenciante César Vidal.
En un anterior artículo en el que recomendaba el libro La Gran Traición. Federico Jiménez Losantos apuñala a César Vidal, he
descrito lo sucedido con Vidal desde su marcha de COPE, la posterior creación
de EsRadio y su salida de ésta basándome en la abundante información que ofrece
dicho libro y en algunos pequeños detalles que yo ya conocía por un buen amigo
que trabajó durante años en Libertad Digital, y que Vidal corroboró posteriormente
en artículos y entrevistas, especialmente las mantenidas con el autor el libro,
Enrique de Diego, y en la reseña que Vidal hizo sobre mi recomendación acerca
del libro La Gran Traición... en El Republicano Digital, matizando solamente un error mío de cálculo sobre Luís Herrero.
Reflexionando estos días
sobre lo sucedido y lo leído, llegué a la conclusión de que tenía que cerrar el
círculo, seguramente por el deber moral de reconocer a quienes hacen su trabajo
buscando la excelencia. Libertad Digital – EsRadio seguirá dando titulares, vista
su curiosa línea político-ideológico-económica habitual, y ya veremos si la cosa
no acaba como el Titanic, yendo a pique por proa mientras los músicos, los que ahora
pinchan y cortan el bacalao en este grupo de empresas, interpretan no el himno
“Más cerca, oh Dios!, de ti” sino el toque a degüello que los mejicanos tocaban
a guitarra y trompeta en los alrededores de El Álamo.
Cerrar este círculo tenía
que pasar, necesariamente, por lo que nadie habló hasta febrero de 2019, mes en
el que el silencio se rompió definitivamente con la publicación del libro de
Enrique de Diego, aunque tal silencio ya había comenzado a resquebrajarse
semanas antes con los abundantes artículos del autor en su diario digital Rambla Libre, adelantando detalles que
provocaban estupor e indignación a partes iguales. Otra grieta en ese muro de
pétreo silencio se originó cuando César Vidal decidió contar, no mucho tiempo
antes de la publicación del libro La Gran Traición… cuál había sido el motivo
definitivo para marchar de España. En algún programa de televisión en Hispano
América – concretamente yo lo vi en uno de República Dominicana – Vidal confesó
a preguntas de los presentadores que estando en Miami al poco de dejar EsRadio y
LDTV recibió un aviso confidencial en el que se le avisaba de que iba a ser
objeto de un atentado en su propio domicilio de Madrid. Afortunadamente él ya
estaba bien lejos; pero no cabe duda que semejante situación no invitaba
precisamente a volver a España.
Cesar Vidal es uno de
los muchos españoles de valía que asegura que no volverá a vivir en España.
Cuando se le preguntó por el particular en un medio español que se hizo eco del
éxito el libro La Gran Traición, contestó sin reservas “yo ahora juego en otra
liga”. Y tiene todos los motivos para presumir de ello. No hay más que
consultar Youtube para visionar un buen número de entrevistas e intervenciones
en programas de radio y televisión de habla hispana y de conferencias
impartidas a lo largo del continente americano.
Además, su programa La
Voz, emitido por podcast desde Miami, es un espacio como no se encuentra en
España y que ofrece noticias y opiniones con total libertad y con profundidad
en la información, contando con colaboradores de auténtico lujo, alguno de
ellos también perjudicado en su momento por Losantos y su mini secta mediático
festiva. La web cesarvidal.com es
un compendio de noticias, blog, bibliografía y enlaces a los audios de los
programas emitidos. Es difícil encontrar un sitio de información y cultura con
semejante calidad y cantidad de contenidos.
Cesar Vidal es el ejemplo
que ilustra perfectamente la pérdida de calidad humana y profesional que viene
sufriendo España. Porque “jugar en otra liga” significa que el prolífico
trabajo del comunicador no se aloja ni se presenta en un medio español, ni
repercutirá mucho en los medios de comunicación nacionales que, en mayoría
aplastante, siguen censurando, bien por sectarismo, bien por desinterés, o por
cateta ignorancia, lo que Vidal ofrece a diario en su propio medio y que
cuenta, todo hay que decirlo, con una audiencia cohesionada durante décadas en
el respeto, admiración y cariño hacia el comunicador, quien ha cimentado
semejante fidelidad a base de trabajo bien hecho y dedicación ejemplar.
¿Qué nos queda de su
trayectoria en España, aparte de sus libros y publicaciones, que posiblemente
no tendrán muchas más ediciones aquí dado el ambiente sectario de no pocas
editoriales y de la voracidad fiscal de una Agencia Tributaria que destruye la
iniciativa privada a base de impuestos desorbitados e inspecciones
confiscatorias? Nos queda un número no demasiado abundante de programas de
radio y televisión, pequeña muestra de un contenido mucho mayor eliminado por ciertos
envidiosos de LD-EsRadio y que usuarios particulares de internet han ido
subiendo a la red. Contenidos tales como Corría el Año, Breve historia de
España y Preguntas a la Historia. Tesoros de un pasado de radio y televisión
que es difícil que vuelvan a darse por estos pagos. Porque jugar en otra liga,
en la que hay una gran profusión de medios como no se da en España, y con una
cultura de la libertad que aquí se conoce en las enciclopedias y poco más, es
un trabajo mucho más atrayente y agradecido en esas grandes ligas que en estas
divisiones menores.
Con todo, César Vidal ha
salido ganando, como a veces sucede en la vida cuando, lejos en el tiempo, los
momentos de tribulación que hayamos podido atravesar, reconocemos que todo
aquello sirvió para encaminarnos por una senda en la que estamos mejor ahora.
Él mismo lo ha reconocido así en algún comentario contestando a sus lectores.
De modo que, para Vidal, bien está lo que bien acaba. Pero, como suele suceder en
muchas historias, en ésta hay un perdedor que en este caso es el mundo de la
comunicación y la audiencia en España. Hay quien se niega a reconocerlo así
pero, ahora que el círculo está definitivamente cerrado, y mientras uno continúa
navegando por un rumbo de bonanza y otros quizás se afanan buscando flotadores
por lo que pueda pasar en la siguiente tormenta, los que prefieren no reconocer
esta realidad tal y como es no creo que puedan encontrar muchos programas y
contenidos comparables a los que César Vidal ofreció en España durante tantos
años.
Último editorial de César Vidal en COPE
Artículo publicado originalmente en Rambla Libre el 21 de abril de 2019
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