
No parece que haya durado mucho tiempo el optimismo generado por los resultados de las pasadas elecciones autonómicas vascas. Durante la noche del domingo y el lunes siguiente los comentarios de la mayoría de los tertulianos en los programas de radio y televisión esperaban, con más o menos reservas, que Patxi López manifestara abiertamente su voluntad de pactar de algún modo con los demás partidos denominados por muchos como constitucionalistas.
La alegría lógica ha dejado paso a la expectación y a
He visitado algún foro de opinión para comprobar qué piensan algunos ciudadanos de aquella región. El comentario que más llamó mi atención fue el de una mujer que se definía como votante del PSE y que aseguraba que si López pactaba con el PP ella no volvería a votarle jamás. Y tras dicho comentario, otros muchos dándole la razón.
Semejante postura, que me parece poco menos que sectaria, la he encontrado en otros foros y comentarios de lectores de algunos medios digitales. Y me parece muy preocupante, porque si este es el sentir de la mayoría de los socialistas vascos, cosa de la que no me cabe ninguna a tenor del comportamiento de algunos de sus responsables de partido ante ciertos atentados de ETA, por ejemplo, el resultado es que el Partido Socialista de Euskadi tampoco está por la labor de trabajar codo con codo con el resto de los demócratas para conducir a su tierra hacia la normalidad necesaria, libre del terrorismo y su entorno.
Ante semejante panorama, muchos nos seguimos preguntando - dejando a un lado las declaraciones de Blanco - si Zapatero está por la labor de permitir a López que llegue a un acuerdo para gobernar, aún a costa de perder el apoyo de PNV en el parlamento nacional.
Hasta ahora, lo único que está claro es que la guerra de declaraciones en la que están enzarzados PNV y PSE ha subido de tono de ayer a hoy. Ya se sabe: cada uno tiene que dejar contentos y calentitos a sus votantes. Queda por ver si estamos oyendo frases vacías de políticos, dirigidas a contentar a militantes y simpatizantes o si realmente los nacionalistas son prescindibles en el gobierno vasco.