
Hoy ha sido un día de cierto shock. De estupefacción, si se quiere. Desde mi monitor veo un país que no parece saber muy bien dónde está ni a donde se dirige exactamente.
Asistimos a una campaña electoral europea que más parece tener el objetivo de ganar
Mientras las ministras de Sanidad y Defensa se contradicen en la misma sesión parlamentaria, intentando justificar el penoso número de secretismo alrededor de los militares enfermos de Gripe A, a Manuel Cháves, recién ministro, le descubren su escasa vergüenza, publicando las irregularidades de diez millones de Euros en subvenciones a la empresa donde trabaja su hija, mientras este era aún presidente de la comunidad andaluza. Diez millones con los que se podrían comprar muchos trajes como los de Camps, pero parece que los diarios de ZP no están por las matemáticas. El juez-vedette Baltasar Garzón es imputado, al fin, acusado de prevaricación durante la instrucción de una de sus extrañas iniciativas. De nuevo, para ciertos medios, lo más llamativo del asunto es que los denunciantes son una asociación de “extrema derecha”. Parece el mismo guión de López Aguilar en sus discursos para las europeas: La culpa de todo la tiene Aznar y la solución a nuestros problemas es Obama, Obama Y Obama.
Hoy recibí un mail de un amigo apasionado y serio estudioso de la grafología, a quien envié un link a la noticia de Periodista Digital acerca de un estudio grafológico de la letra de Rodríguez Zapatero. Yo no tengo ni idea de esta ciencia, aunque reconozco que es un tema que me atrae, así como fijarme en el lenguaje corporal de los personajes públicos, que puede ser tan revelador como un estudio sobre sus estilos de escrituras.
Mis modestísimas conclusiones, después de prestar atención a los gestos y actitudes de Zapatero durante algunos de sus discursos y entrevistas, eran poco favorables. Mis escasos conocimientos me revelaban a un personaje de principios éticos cambiantes y adaptables a la necesidad de convencer, vacío en cuanto a ciertos principios morales, manipulador y adulador, pero siempre vigilante ante sus palabras, lo que le fuerza a hablar a golpes y le imposibilita a enlazar siete u ocho palabras seguidas. Obcecado en sus ideas e incapaz de ceder la razón aún cuando tenga ante sus ojos la constatación de que no la posee. Y ya está. Los escasos conocimientos de mi afición no llegan para más, y tampoco puedo asegurar que el resultado sea cierto.
Aquí les transcribo el mail de mi amigo, cuya opinión es mucho más cualificada y válida que la mía.
Te paso las cuatro líneas que pueden perfilar la figura de nuestro Zapatero.
Se aprecia claramente que la ansiedad forma parte de la personalidad de Zapatero. Se aprecia que tubo una educación estricta y exigente lo cual parece que le haya podido dejar alguna secuela sicológica no superada.
Persona muy independiente que necesita paradójicamente apoyarse en otros para conseguir equilibrio emocional.
Es inteligente, cerebral, manipulador. Con frecuentes cambios de ánimo.
Tiende al golpe de efecto, al hallazgo de ideas originales que le permiten diferenciarse y ser admirado.
Tiene pavor a la equivocación, por lo que dará todas las vueltas posibles, giros, excusas, etc para no dar su brazo a torcer,
Fricciones con sus más íntimos.
Esto está sacado del texto que me mandaste.
¿Te imaginas este perfil en un director de una empresa?
Después del análisis entiendo muchas cosas de ZP
Está claro (para mí) que es incapaz de seguir un trayectoria continuada y mantenida en el tiempo.
Solo le llega para intentar sorprender con golpes de efecto vacíos.
Entiendo ahora que
Aznar me parecía últimamente orgulloso, creído, prepotente, desagradable, pijo new age, pero…
¡Cuanto lo hecho de menos en estos tiempos!
¿Saben qué me preocupa más del análisis grafológico del Presidente del Gobierno? Que no parece aventurar nada. Que está describiendo su comportamiento real, lo que puede comprobarse analizando su trayectoria y sus hechos.