
En la España de la desesperanza un gobierno incapaz deja pasar el tiempo esperando que la crisis se solucione por sí misma, o que otros la solucionen. Ya lo dijo Rodríguez Zapatero, mal imitador de Kennedy pero peor imitador aún de un ser pensante: “No se trata de los que Obama puede hacer por nosotros, sino de los que nosotros podemos hacer por Obama”.
Y mientras Obama encuentra el modo de resolver la situación económica y laboral española con la inestimable ayuda que nosotros podamos prestarle, tal y como sugirió Zapatero en su entrevista para The New York Times, el Gobierno coloca otro parche en un desastre general que parece que no podrá dar mucho más de sí.
Hace solo unos días que se anunció a bombo y platillo, con marcha triunfal, la puesta en marcha de un plan de ayuda que permitirá cobrar 420 € a desempleados que ya no dispongan de ningún subsidio. Al día siguiente, muchas oficinas de empleo estaban colapsadas. Multitudes de parados fueron a informarse de los requerimientos necesarios para poder recibir esta nueva prestación. Todos sabemos que 420 € no dan para vivir una familia, pero algo es algo, si este dinero puede invertirse al menos en alimentación u otros gastos necesarios. Desde luego, menos es nada.
La realidad, una vez más, nos abre los ojos y deja otra de las medidas sociales de este gobierno a la altura del barro.
Muchos solicitantes se quejaron de que en sus oficinas de empleo no existía formulario apropiado para pedir el subsidio. Ya se sabe como funciona la burocracia. Si no hay formulario, la cosa no marcha. Y la cosa no marcha porque la vicepresidente De La Vega ha vuelto a mentir al asegurar que los solicitantes podrían reclamar dicha prestación al día siguiente de su publicación en el BOE.
Otros desempleados han llamado a programas de radio denunciando que esta nueva prestación solo está disponible para aquellos que hayan agotado su subsidio por desempleo anterior después del 1 de agosto. Así las cosas, algo más de un millón y medio de parados se quedan sin esta ayuda.
Por otra parte, quienes sí cobren los 420 € deberán pasar obligatoriamente por cursos de capacitación del INEM. De acuerdo que un curso de preparación para diversos tipos de trabajo no viene mal a nadie, pero la trampa de estos cursos, que, a decir de un buen número de alumnos, son bastante deficientes, consiste en que los alumnos quedarán excluidos de las listas de desempleo, con lo que se maquillarán los datos hacia una falsa tendencia a la baja dejando además una laguna informativa que nadie ha sabido aclararme hasta ahora: Quienes dejen de figurar en las listas del paro, ¿seguirán recibiendo ofertas para entrevistas de empleo?
¿Qué esperanza puede ofrecer el Gobierno a los millones de familias que ya no cobran ningún tipo de ayuda por desempleo? ¿Dónde quedaron los motivos para creer y las demás frases propagandísticas de las pasadas elecciones generales? Los planes de ayuda en alimentos que las distintas iglesias cristianas han puesto en marcha en los últimos dos años están desbordados. No hay más dinero público para socorrer a nadie, y el poco más que pueda conseguirse incrementará el endeudamiento público hasta un nivel que el estado no podrá soportar. Lo que vivimos ahora no es más que la consecuencia de la falta interesada de previsión para ganar y permanecer en el poder. Mientras no se pongan en marcha medidas que reformen el mercado laboral, por muy impopulares que sean, el empleo y la economía no reflejaran ninguna reactivación real. Pero ya se sabe lo que pasa: estos gobernantes prefieren pasar por “sociales” antes que arriesgarse a un enfrentamiento con sus sindicatos. O llega un cambio radical, o seguiremos viviendo en la España de la desesperanza y las filas de desempleados en las oficinas del INEM y en los comedores sociales.
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