Martín
Cid
Y
algo tendrá que ver con la crisis (como, por desgracia, cualquier manifestación
en nuestro país en los últimos tiempos). Sí, señores, hoy juega España y parece
haber un clima generalizado de apoyo a la selección. Hoy juega España y en el
combinado nacional hay varios jugadores catalanes, sí (incluso vascos).
Hoy
juega España y mucho se habla ya de fútbol en nuestro país como para poder
olvidarlo: sí, hoy juega España (ante Portugal, todo sea dicho).
Y
hoy, además, quiero hablar de un señor llamado Joan Laporta, abanderado del
catalanismo en la peor de sus vertientes posibles: la del oportunismo más
mezquino.
Y
hoy, además, quiero recordar las palabras de un tal Xavi Hernández (9 de
octubre del 2007, publicadas en el diario Marca), a raíz de unas declaraciones
del señor Laporta (sobre la selección catalana): “Mi selección es España, que
es mi país”.
Y
también hoy (y ya alejados del ámbito futbolístico) me vienen a la mente otras
muchas manifestaciones de artistas y gentes no tan leídas como Carod Rovira
pero igualmente válidas (sí, lo de “leída” era con “ironía”) en apoyo de lo que
fue España, hoy convertida en una especie de lodazal en la que cada partido (independentista
o no) busca su beneficio más que el de la nación.
Hoy
se juega algo más que un partido: el mundial es una especie de juego en el que
los estados se miden unos con otros y muestran su orgullo patrio. Este tipo de
competiciones proviene de las Olimpiadas griegas y, por si alguien no lo sabe,
los combates entre las polis eran suspendidos para prestar toda la atención a
sus competiciones deportivas.
Han
sido muchos los intelectuales que han denostado el fútbol (algunos,
ciertamente, con razón) pero muchas veces olvidan que este deporte (estúpido o
no) une a la gente como ninguna otra disciplina lo hará. Ya seamos socialistas,
de derechas o de izquierdas o anarquistas hoy nos toca decir algo: hoy juega
España.
Y
hoy, por una vez, nos sentimos españoles, sin diferencias ni enfrentamientos,
sin buscar el beneficio social, económico o moral. Hoy, nos guste o no el
fútbol, todos a las ocho y media tendremos una parte de nuestro corazón
(partido o no) pendientes de este evento (estúpido o no) que por un momento nos
hace sentir parte de una herencia y de una cultura, la misma que vio nacer a
Cervantes y Picasso, la misma que Unamuno vio desde el exilio languidecer o
resurgir o palidecer o volver a inventarse, una herencia que vio caer en
Trafalgar su grandeza y mil veces más la verá renacer, de sus cenizas y de sus
nacionalismos y de su “pan y fútbol” y de sus corridas de toros y de sus
héroes…
Que
no por languidecer hoy a la sombra de los advenedizos podrán ser olvidados.
Por
eso brindo hoy por los catalanes. Sí, por los catalanes todos, por esos que
cada día se levantan y trabajan y olvidan la culpa de la avaricia de unos pocos
(catalanes o no). Y brindo por los vascos también y por su muy española
tradición y por su siempre español carácter… y por los castellanos que un día
vieron nacer la idea, grandes guardianes de la tradición y las costumbres… y
por los asturianos (hoy Villa al frente), con sus bromas sobre don Pelayo a
veces tan poco entendidas… y por los andaluces, que llevaron nuestro arte fuera
de nuestras fronteras y tan cerca, tan lejos… y por riojanos, navarros,
valencianos, extremeños y gallegos.
Sí,
brindo con todos los que hoy tendrán en su corazón un hueco, grande o pequeño,
les guste o no el balompié, amen o no este deporte de bárbaros y caballeros.
**Martín
Cid es autor de las novelas “Ariza” (ed. Alcalá, 2008), “Un Siglo de Cenizas”
(ed. Akrón, 2009), Los 7 Pecados de Eminescu (e-book) y del ensayo “Propaganda,
Mentiras y Montaje de Atracción” (ed. Akrón, 2010).
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