Si Aznar, Rato, Álvarez Cascos, Aguirre o cualquier otro personaje significado del Partido Popular hubieran declarado que “el nivel de libertad en Venezuela es satisfactorio”, La vicepresidente De
Pero es el Ministro de Exteriores Moratinos quien ha declarado semejante cosa; de modo que todo cambia, no solo porque ante más de la mitad de la sociedad española cualquier barbaridad dicha o hecha por un socialista es perfectamente excusable, sino que, además, tal declaración se ajusta perfectamente al concepto de “libertad” que defienden y del que hablan los políticos de izquierdas.
Para Hugo Chávez, la libertad es un concepto tan encorsetado como lo fue para Goebbels. De hecho, los once principios que el ministro nazi de propaganda e ilustración popular perfeccionó para alcanzar los fines de su partido se ajustan como un guante al comportamiento político-sectario que Chávez puso en práctica desde que llegó al poder.
Tal y como estamos viendo en los últimos tiempos, los pasos que da el Presidente de Venezuela se encaminan hacia el abismo de la dictadura. Incomprensiblemente, sigue habiendo quien defiende a Chávez por el hecho haber sido elegido en unas elecciones supuestamente democráticas que a tenor de las opiniones de los observadores internacionales, no solo fueron fraudulentas; los días anteriores a la jornada electoral se dieron ataques a la oposición y a medios de comunicación no afines al Gobierno. Sí. Le defienden por haber sido elegido pero si alguien les pregunta por las prácticas totalitarias de su presidente echan balones fuera y hablan de la voluntad popular, de la legitimidad y de otros conceptos que, por mucho que justifican, no se sostienen con los hechos violentos y la represión fomentada por Hugo Chávez.
Se prepara, mediante una nueva ley, el cierre de emisoras de radio y televisión que no sean afectas al régimen chavista. Los periodistas podrán ser encarcelados si cometen alguno de los nuevos “delitos mediáticos” que serán contemplados. Ni siquiera será reconocido el derecho a la rectificación en caso de que algún periodista venezolano desee puntualizar o corregir una información. Ante semejante proyecto, el propio Ministro chavista Diosdado Cabello ha declarado que Venezuela reclama que la libertad de expresión sea regulada. Tal argumento, el de atribuirse la interpretación del deseo de los ciudadanos, ha sido usado hasta la saciedad por cualquier régimen dictatorial, y los líderes venezolanos no podían ser menos.
El dibujante Rayma ha tomado una imagen de Franco para resumir, en El Universal de Caracas, las desafortunadas palabras del vergonzante Ministro español de Exteriores. Muy apropiado, demoledor, y nada exagerado. Las palabras de Moratinos podría haberlas pronunciado cualquier dictador bananero. Solo habrían sido diferentes el acento y la cadencia, pero la intención, exacta.
Todo encaja. A muchos votantes españoles les importa un comino, pero todo encaja. El apoyo sin disimulos a Chávez y su pandilla de vecinos dictadores en potencia, la ausencia de críticas contra los regímenes islamistas donde homosexuales, mujeres, cristianos y demás “infieles” arden en las calles, cuelgan de los árboles y de las grúas, mueren apedreadas o son fusilados, la mirada hacia otro lado con respecto a las provocaciones de Corea del Norte y su Mini Yo dirigente, o el intervencionismo ruso en su área de influencia. Ninguno de estos hechos cabe en el manual socialista que alecciona a sus políticos con la retórica necesaria para culpar de todas las catástrofes a los Estados Unidos, a los neocons o a los liberales y convencer a las masas; por lo tanto, dichos hechos no existen para la crítica y la razón del partido.
En resumen. Otro paso más de Venezuela hacia el totalitarismo. Los medios plurales están en peligro y, si nadie lo impide, desaparecerán. Lo que sigue ya lo sabemos. Lo hemos visto muchas veces en el pasado siglo XX. Nacionalización definitiva de todas las empresas extranjeras, intervención de capitales, purgas políticas, partido único y cierre ce fronteras.
