Alguien me comentó en este blog,
hace un año y medio o dos, que mi opinión sobre cierto suceso debería estar
desvinculada a mis creencias cristianas. Es decir, que yo debía olvidar por un
momento los principios cristianos por los que me dirijo, para poder opinar de
ciertas cosas.
Si uno pretende ser un buen
cristiano, esos principios deben formar parte de su vida diaria. No hay otro
modo. Lo contrario supondría ser un “cristiano de domingo”, como decía un buen
maestro de escuela dominical que conocí hace muchos años.
Más aún; si hablamos de asuntos serios,
dichos principios cristianos deberían prevalecer, o al menos ser argumentos de
peso, a la hora de tomar una decisión.
Desgraciadamente, esto sucede muy
pocas veces en este mundo de relativismo imperante. José Bono, Presidente del
Congreso de los Diputados, Ex Presidente de Castilla La Mancha y militante del
Partido Socialista, ha sido hoy, como en otras muchas ocasiones, el mayor
ejemplo de relativismo moral que se pueda encontrar en España en lo que se
refiere a la ley del aborto.
Bono se ha definido muchas veces
a sí mismo como creyente y católico practicante. ¿Cómo se puede entender
entonces que apoye la nueva ley del aborto que su propio partido ha promovido
recientemente? José Bono ha superpuesto los intereses políticos a los morales y
éticos. Ha dado más valor a un interés partidista que a la protección de la
vida de los no nacidos. Ha traicionado su pretendido cristianismo en favor de de
una maniobra orquestada para debilitar
la institución familiar desde su raíz.
Ante esta situación, La propia Iglesia Católica carece del valor para
amonestar a los fieles que defienden el aborto u otras prácticas que chocan
frontalmente contra las enseñanzas cristianas; y no creo que con José Bono vaya
a suceder una excepción pero, en cualquier caso, el daño está hecho.
No creo que José Bono logre
justificar lo injustificable. Un daño terrible no se repara con palabras
vacías. Las intenciones se demuestran con hechos. La ley del aborto fue
aprobada y tiene fecha para entrar en vigor. Y con ella se amplía el periodo
legal en el que un niño podrá ser asesinado, además del incremento en número de
casos de mujeres que sufrirán problemas psicológicos tras abortar..