Solucionados algunos problemas
con la plantilla de este blog (supongo).
Quizás solo me lo parece a mí, pero
creo advertir que este año, en este final de vacaciones, los medios han hablado
mucho menos del “síndrome postvacacional”, en comparación con años
anteriores. Si tal cosa es así, esto puede indicar que el español medio
haya decidido dejar de pensar en tonterías e imaginarse por unas semanas que es
un nuevo rico que vive de rentas, y sentirse agradecido por tener una rutina
laboral a la que volver, tal y como están las cosas actualmente.
Hoy he caminado por una zona de
la ciudad que visité en junio pasado; justo antes de que se iniciase la
temporada veraniega de y julio y agosto. Hoy, iniciado ya septiembre, he
comprobado que hay seis locales más con los carteles “traspaso”, “en venta”, o
“en alquiler” en sus puertas y escaparates. Es decir; que seis pequeñas
empresas no han podido reanudar su actividad. Como si hubiera pocos locales
cerrados en este barrio y en el resto de la ciudad. Si tuviera delante al tipo
que declaró recientemente en algún medio que estamos vislumbrando el final de
la crisis, me gustaría decirle un par de cosas, y tendría que contenerme de
soltarle a la cara alguna inconveniencia de la que luego tendría que
arrepentirme. A punto de entrar en los 45 años, voy descubriendo que mi
paciencia con los demagogos es cada vez menor.
Quizás sea por ese motivo que he
recibido con fastidio la noticia de la nueva pantomima de ETA, anunciando una
tregua con la que pretende ganar tiempo para reorganizarse y hallar el modo de
incluir a sus acólitos anormales en listas electorales para las próximas
elecciones municipales y autonómicas. Pero, si algo más me ha recordado dicha
noticia, es la reacción de muchos a los comentarios de Mayor
Oreja, a finales de marzo del año en curso, cuando éste declaró estar
seguro de la existencia de negociaciones entre el gobierno socialista y ETA.
Que la izquierda y sus medios
serviles despellejaran públicamente a Mayor era de esperar. Lo que me
sorprendió fue la reacción de ciertos líderes del Partido Popular, en esa
ocasión más parecido a una filial del PSOE, con Basagoiti a la cabeza,
pretendiendo linchar mediáticamente a Mayor Oreja por manifestar públicamente
lo que muchos ciudadanos creemos: Que Zapatero y Rubalcaba retomaron hace mucho
tiempo las negociaciones con ETA.
Recuerdo también las reacciones,
en algunas redes sociales, contra los comentarios de Mayor Oreja y contra los
escritos de los bloggers que opinamos entonces a su favor. Desde las más
airadas en lo político, hasta
las más infantiles en lo personal. A pesar de los probados antecedentes
negociadores de los gobiernos de Zapatero y ETA, para los progres, la sospecha
de negociación era un anatema. Y quien sospechase, un hereje.
Al final, este pasado fin de
semana ha sido como levantar un poco el telón para revelar lo que tantos
creíamos oír tras la cortina: otro pacto con los terroristas. Ahora toman más
forma y realidad pasados síntomas como las excarcelaciones de asesinos etarras
mediante excusas tan burdas, que los medios de comunicación todavía críticos
contra el régimen nacional socialista que gobierna España desmontaban con datos
mucho más fiables que los motivos ofrecidos por el Ministerio de Interior. De
hecho, hace apenas una semana, se dio a conocer en los mismos medios que
Interior estaba retirando los escoltas encargados de proteger a un buen número
de personalidades, pocos días antes de que se hiciese público el video en el
que tres encapuchados etarras, remedos del Ku Klux Klan con chapela, anunciaban
su intención de cesar en sus “acciones armadas”.
Ha comenzado septiembre. Las
vacaciones han terminado. España vuelve a su realidad de crisis económica,
España retoma en el parlamento su crisis de identidad, cuyo más claro exponente
es tener que contar con independentistas anti españoles para solucionar los
próximos Presupuestos Generales del Estado (español), y el gobierno sigue
arrastrando su crisis y ausencia de honradez. Volvemos a la rutina.
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